Hola a todos, soy la mujer de KINO (hoy, puedo decir con
mucho alivio) un nuevo extreme man desde el 3 de junio. Como ya os comenté en
el blog del club, no quiero que Pepín sufra pues a lo mejor le meto tres
patadas al casco, la bici, el neopreno, las zapatillas de correr, las
"mallitas", las musleras,... y se queda con el pack completo. Si Eva
Nasarre hubiera estado así de preparada a día de hoy seguiría en activo y las
mujeres de España con cinco Kilos menos.
Os resumo la experiencia que no tiene desperdicio. Nos
vinimos a Salou el jueves para pasar varios días previos de relax y
concentración. Ni qué decir tiene que parta pasty a todas horas. El próximo
Extreme lo voy a tener que hacer yo para bajar todos los kilos que he cogido y,
es que, no nos engañéis, en un italiano el repertorio es pasta, pizza y
ensalada caprese o césar. Es como un bucle que empieza y termina en pasta. Un
horror!
Nos levantamos el domingo 3 con ánimos y fuerza. Hasta aquí
precioso salvo por el detalle de que realmente casi no nos acostamos. Kino se
levantó a las tres y estuvo hasta las cuatro y media dale que dale a la
cocktelera. Yo pensé que estaba preparando bebitrajos para todos los
participantes del extreme o que pensaba montar una ONG de geles e isotónicos.
Impresionante. Si lo conocéis ya sabéis lo exagerado que es. Yo, por supuesto,
no había pegado ojo y es que estaba más nerviosa que él. A las cinco salimos
del hotel cargados de bolsas, inflador, más isotónicos y dos ruedas de bici por
si las moscas (la mayoría conocéis la historia). A las seis y media comenzaba
la prueba y debo reconocer que fueron unas horas más que angustiosas. El
nerviosismo se notaba en el ambiente y el cielo, como ya suponíamos, amanecía
encapotado. El tiempo en Salou no guardaba misterios para mí pues hacía dos
semanas que lo consultábamos, al menos a diario, y, en los últimos días varias
veces. Vamos, yo era algo así como la hija putativa de Maldonado.
Comenzó la prueba puntualmente y ya durante el recorrido
cayeron algunas gotas. Pasados los 55 minutos salió Kino, sonriendo y alegre,
lo cual me dejó un poco más tranquila. Rápidamente volé a la salida de bicis
para despedirlo y hacerle un par de fotos. Pero, impresionante, el tiempo
pasaba y no salía. A los ocho minutos (o más, mira que es lento) apareció, por
fin, y le pude oir "llevo bien el casco?" No pude responder pero yo,
la verdad, no pensaba que ponerse el casco tuviera mucho misterio. Ahí lo dejo.
A las doce comí para que no me pillara el toro y a la una me
coloqué en un lugar estratégico de la llegada para pillarlo con la cámara. Ese
lugar estratégico se convirtió en varios una hora y media después. Ya no sabía
donde ponerme, el tiempo pasaba y, aunque no se había cumplido el tiempo que me
había comentado, lo cierto era que no llegaba. Como siempre le pasa algo, no
respiré aliviada hasta que a lo lejos ví su casco rojo (el futuro de Pepín) y
su chaquetilla blanca y azul. Cuando me las creía todas felices me gritó un
"Me han penalizado, tengo que pararme 5 minutos en el penalty box". Ya
me extrañaba a mí que no le hubiera pasado nada. Le habían penalizado por tirar
un bidón fuera del punto de avituallamiento! Bueno, a los del club, ya tenéis
la Sin Rueda Kino y el Penalty Kino, alguien da más? Pero, lo más importante es
que estaba bien, perfecto, preparado para correr 42 KMs.
El circuito consistía en cuatro vueltas. La primera genial
pero a la segunda me dijo "voy en picado". En ese momento pensé: no
me creo que después de todo este largo camino se vaya a quedar aquí. Así que,
mochila al hombro, me pasé toda la carrera saltando de punto en punto y
recordándole que se hidratara. Debo hacer un breve inciso. Eso de que iba
saltando como si fuera la abeja maya es una reflexión algo más metafórica de lo
permitido pues mi mochila pesaba algo menos de mil kilos dado que mi extreme
man la había llenado con su ropa para después de la carrera, cámara de vídeo y
foto y, por supuesto, otro bidón de ¿Recupair? que yo debía llenar de hielo una
hora antes de que terminar, sin olvidar un par de llaves inglesas para reparar
no sé que desperfecto de la bici y todos los "por si acaso" que
pueden caber en una mochila. Gracias a Dios, Maxifuel y Herbalife, completó
completamente recuperado las dos vueltas restantes, no sin una sangrada de
pezón que me hizo recorrer medio circuito buscando esparadrapo.
Por fin, después de sudar mucho, pudimos entrar en la meta
cogiditos de la mano, gritando y escuchando a nuestro alrededor como la gente
nos jaleaba. Para mí fue realmente una experiencia indescriptible y mágica y
para Kino supongo que mil veces más.
Podría contaros muchas cosas más pero no quiero colapsar el
blog del gordo. Sólo quiero daros las gracias a todos los que lo habéis estado
animando y en especial a tí, Gordo que siempre has estado a su lado y sabes que
sin tí no hubiera soñado siquiera con ésto, y, por supuesto, a su gran maestro
Sergio que lo ha entrenado y, principalmente, lo ha sufrido, dándole todo lo
que necesitaba en cada momento como si fuera su propio hermano. Muchas gracias
por hacer real lo inimaginable.
Muchas gracias de corazón a todos y os queremos mucho.
Kino impresionante, no tengo ni palabras, eres un crak tio, un ejemplo de superación a seguir, disfruta y piensa que lo que has hecho es muy grande, ENHORABUENA CAMPEON.
ResponderEliminarPatriiiiiii....esyoy llorandooooo......!!!! QUE GRANDE SOIS!!!!
ResponderEliminarTomás Grillo
Que bueno!!! Los DOS CAMPEONES !!!!!!!!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo a ambos
carlos
Kino....mi héroe y desde el día 3, tu admirador y a ti Patri, sin conócerte, puedo decir que eres una campeona.Felicidades a los dos.
ResponderEliminarque grande Kino, has conseguido lo que muchos solo nos atrevemos a soñar, enhorabuena, sé que el camino ha sido largo y muy costoso pero cruzar la alfonbra roja agarrado de tu familia es expectacular. nos vemos pronto. Silvestre
ResponderEliminarImpresionante cronica!! Enhorabuena a los dos Campeones!! Todo sacrificio tiene su recompensa, disfrutala!!!
ResponderEliminarJuanma